Una Velada Perfecta

Alice tiene 31 años y es perpetuamente soltera. También es Libanesa-Mexicana. Ella está orgullosa de su descendencia pero se niega a agrietarse bajo la presión de su familia para establecerse con un tipo.

En su cultura, si no estás encaminada a ser una esposa, una madre o un candidato doctoral a la edad de 29, hay algo mal contigo. Y si no estás buscando a un individuo, tus padres buscarán uno para ti [...]

Alice es una periodista soltera. ¿Mencioné soltera? Cuando su primo  que regularmente la regaña por sus selecciones de citas y la incapacidad de mantener a un hombre  la invitó a su fiesta de compromiso, ella dudó al principio, sabiendo que estaría principalmente entre parejas.

 

Determinada para molestar a su primo, quería llevar a alguien a la fiesta, pero no había nadie a la vista. Ella no sólo no tiene a Mr. Right, ni siquiera tiene un Mr. Right Now. Y los únicos amigos masculinos que tiene son gays o heteros con pareja.

 

Entonces tuvo una idea genial: Contratar a alguien para que pose como su novio durante la noche. Acababa de leer acerca de un acompañante llamado Brendon Companion. Seguro ayudaría a callar a su primo.

 

Pudo haber utilizado Tinder o buscar de alguien en un bar. Incluso podría haber pedido a uno de sus amigos gays que la acompañara y fingir ser un tipo heterosexual por la noche, pero ninguna de esas opciones garantizaba la calidad necesaria. Tenía que tener a alguien en su brazo que impresionara a su primo.

 

Un Brasileño-Mexicano de raza mixta con ascendencia Española, Italiana y Portuguesa, tenía linaje internacional y entendería las presiones que ello conlleva. Un modelo fitness, con barbilla partida y un cuerpazo. La combinación perfecta de masculinidad y sensualidad.

 

Cuando Brendon se reunió con Alice, olía riquísimo. No había duda: bien vestido y sorprendentemente guapo. Tal vez un poco demasiado guapo, Alice quería un tipo lo suficientemente bello como para inducir envidia, pero lo suficientemente mediocre como para no levantar sospechas.

 

Aun así, ella tenía que admitir, que harían una pareja falsa increíble.

 

Alice se tomó el tiempo para poner a Brendon al día acerca de su vida y familia. Él era suyo para toda la noche.

 

"Eres un encanto", dijo. "No deberías de hacer esto."

 

"No tengo que hacerlo", dijo. "Quiero hacerlo."

 

Se acercaron al restaurante, donde su primo tenía su fiesta de compromiso. Él y algunos de sus amigos estaban afuera. Alice fue directo al grupo e introdujo su cita. Sacudieron la mano de Brendon con asombro y aprobación.

 

Después de tomar sus asientos en la mesa, una corriente ininterrumpida de sangría comenzó a fluir. Alice exploró el lugar en busca de pistas que pudieran haber amenazado su credibilidad: una risita por aquí, tal vez una mirada extraña por allí. No había ninguna. Y entonces se dio cuenta de algo: su plan estaba funcionando.

 

Brendon estaba fluyendo increíblemente... en el buen sentido. Alice podía decir que recordaba todo de lo que le había contado acerca de su familia. Estaba pulido y aun así se hacía querer por todos.

 

Brendon fue un caballero en todos los sentidos de la palabra. Ayudó a Alice con su abrigo, sujetó su silla y colocó su mano en su pierna cada cierto tiempo.

 

"Realmente pareces mi cita," Alice susurró. Brendon deslizó su mano en la de ella, susurrando hacia atrás, coqueto, el efecto de amar el papel y querer más de él. ¡Alice se sintió tan excitada que casi abandonó el resto de la reunión para estar en privado con él! Las cosas se sentían tan naturales que Alice prácticamente olvidó que había contratado a alguien para ser su cita.

 

Tres copas de vino en la noche, ella se recargó en su silla con entusiasmo feliz por la cena. Fue la envidia de todos en el lugar. Y Brendon era el tipo con el que todas las chicas querían estar, y cada hombre quería ser su amigo.

 

Cuando la fiesta terminó, el primo de Alice la apartó. "Estoy orgulloso de ti", dijo. "Encontraste a alguien realmente genial para salir."

 

Ahí estaba: la validación que Alice había anhelado. Dulce para los oídos. Era el tipo de aceptación que Alice nunca había recibido antes, y la verdad no disminuyó su satisfacción.

 

Decidieron dejar la fiesta en una nota alta mientras podían. Se despidieron del primo y de los amigos de Alice, y Brendon le tomó la mano. Entrelazó sus dedos en los de ella; Se sintió bien. Y aunque ella no miró hacia atrás, sabía que todos los estaban viendo mientras se iban.

A medida que la medianoche avanzaba, bebían unas copas en el tejado del edificio del apartamento de Alice mirando la ciudad. Brendon puso su brazo alrededor de su cintura y la acercó. Mientras sostenía su barbilla y se inclinaba, la cortina se cerró en una velada perfecta.

 

Alice no podía esperar hasta la próxima vez que necesitara una cita para un evento.